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PERROS TRATADOS CON AGUA DE MAR

Sus resultados con personas y animales son a veces sorprendentes. Es una lástima que al no ser rentable para las multinacionales farmacéuticas apenas se hable de ella.




Dos casos de Perros tratados con agua de mar

Primer caso

Se presenta en nuestra clínica un cachorro mestizo de pastor alemán, de tres meses de edad, con un cuadro clínico de gastroenteritis hemorrágica.

Se le realiza el test de detección de Parvovirus con resultado positivo. Se le hospitaliza y se le inicia tratamiento con sueroterapia endovenosa y tratamiento sintomático.
A los tres días de hospitalización, y ante un empeoramiento progresivo de estado físico del animal se decide aplicarle agua de mar por vía endovenosa (diluyéndola en agua destilada en proporción 1:5)
A las 24 horas de la aplicación del agua de mar, el animal experimenta una mejora en su estado general, agitando el rabo y mostrando interés por su entorno.
Se le empieza a dar líquido por vía oral, mezclando agua de mar. A partir de ahí el animal mejora espectacularmente. En la actualidad es un perro sano con una salud envidiable.


Sabadell, Centre Veterinari del Vallés.


Segundo caso

Perro raza bóxer, Edad 11 años, Peso 31 kilos, con grave tumor tratado con el Plasma Marino de Quinton hipertónico.

A principio del mes de agosto empezó a no comer, no ir de vientre, hacer orina espesa y de color naranja y con sorpresa de tener un gran bulto que le salía en la barriga.
Fue llevado por su dueña al veterinario y después de examinarle y hacerle un análisis de orina con resultados no muy buenos, dijo que el perro tenía un tumor grandísimo en la zona de bajo vientre (bazo, intestinos, estomago) Dijo a su dueña que el perro iba a morir, dándole de dos días a dos semanas. Que lo trajéramos a los días y que lo operaría sin ninguna garantía de que sobreviviera, primero por la avanzada edad del perro y segundo porque el tumor estaba muy avanzado.

Enterada de la terapia marina, se me informó que le inyectara agua de mar hipertónica recién cogida de la costa de Menorca. Su dueña le inyectó inmediatamente a su perro. Le daban 200 cm3 al día inyectándosela en el subcutáneo en tres dosis: una por la mañana, una por la tarde y otra por la noche. A los dos días el perro empezó a tener hambre y a comer. A los tres días los excrementos de color naranja se volvieron de un color normal e iba de vientre dos veces al día, cosa que siempre había sido estreñido.
A los cinco días el perro hacía una orina muy abundante y clara. Pero la gran sorpresa fue que observamos que el tumor se había reducido, tanto que examinado por el veterinario nuevamente, con gran sorpresa por su parte, apenas si lo podía detectar palpándolo con las manos.
Dr. Rodríguez Leal
 
Especialista en urología, acupuntura, homeopatía y terapias marinas



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